viernes, 28 de febrero de 2014

Carnaval... Te quiero!


Carnaval, Carnaval…nananá naná naná… síííí, este fin de semana empiezan “los carnavales”!!! Y a mí que me encanta todo lo relacionado con el vestir, es la excusa perfecta para vestirme diferente una vez más. Desde pequeña, ansiaba estas fiestas, había vacaciones y recuerdo que ya empezaba el buen tiempo (no como este año…) y los días daban más de sí, lo que significaba mucho más tiempo para estar en la calle jugando, y lo más importante, disfrazada!! Viendo las fotos, hasta yo que soy muy crítica con mi imagen fotográfica, me dan ganas de autocomerme, ahí sonriente vestida de duende, princesa o arlequín… en cambio, mi hermana a mi lado siempre enfadada o llorando, porque no le gustaba nada que le pintasen la cara, jejejeje, en cambio ahora, es la encargada de diseñar el maquillaje que llevamos cada año!! Lo que cambian las cosas…
 
 
El Carnaval es una fiesta considerada pagana, vamos de las pocas que se celebran sin tener un santo de por medio, pero resulta que precisamente, gracias al cristianismo y su asfixiante doctrina, se comenzó a celebrar desde hace unos 5000 años, esta especie de fiesta-protesta, en la que el vino, la carne, el sexo y la juerga en general, fluía por todos los pueblos durante un par de días… vamos, como si vas a desbarrarte en Ibiza por ejemplo, hoy en día, pero aún con menos pudor. Una especie de válvula de escape para poder sobrellevar después del Entierro de la Sardina, o lo que es lo mismo, Miércoles de Ceniza, la tediosa Cuaresma, esos 40 días de recogimiento total, sólo trabajo y oración, y sin nada de carne, ni de la de comer en sentido literal ni de la “otra”.
 
 

Históricamente en la Edad Media, la iglesia denominó a estos excesos carne-levare = abandonar la carne, cosa que no tenía mucho sentido ya que se trataba precisamente de lo contrario, por tanto, posteriormente, los italianos, con su carnaval veneciano, uno de los más antiguos de Europa (y de los más elegantes diría yo…), lo acuñaron carnevale, mucho más coherente. Pero parece ser, que la raíz viene de la diosa celta llamada Karna, diosa de la habas y el tocino… jejejeje!! Y en realidad, la gente no se disfrazaba, sino que ocultaban sus rostros tras máscaras, para en el anonimato, cometer todos los pecados capitales posibles…
 
Yo nunca he vivido unos carnavales de este tipo, ni tampoco he percibido por las calles, cuando era pequeña, o en los bares en edades más tardías, grandes excesos, salvo las borracheras habituales de cualquier noche de fiesta, y volver a casa sin la mitad del disfraz, je,je,je… Pero claro aquí los carnavales no son una fiesta de mucha tradición que digamos, por lo que la gente no participa a conciencia.

De pequeñas nos disfrazaban con los trajes que heredados de los mayores, o con los prestados por amigos, pero mi madre no tenía tiempo para cosernos ella nada que mereciese la pena, jejeje, y tampoco los vendían ya hechos como ahora en todos los lados, nos sacaban de paseo, nos hacían unas fotos, nos llevaban ver la cabalgata, nos compraban golosinas, luego al baile de niños y chocolate con churros. No era ninguna maravilla, pero a mí me encantaba, sobre todo lo del baile!!

Con la edad del pavo, la cosa cambiaba, ya quedábamos todas las amigas para ir disfrazadas iguales y con ayuda de madres y tías, acabábamos haciéndonos un disfraz decente, para ir a la discoteca al baile de carnaval, todas iguales en plan super-pandi; y llevando el tema del disfraz en el más absoluto secreto, de cara al resto de super-pandis del instituto, como en una especie de absurda competición, porque al final siempre eran los mismos, trogloditas, indias, charleston, pipi calzaslargas... Y el lunes de carnaval participábamos el grupo, en una gymkana por toda la ciudad, en la que siguiendo pistas se buscaban sobres con distintos premios (y debía de ser que de aquella en Ayto. tenía fondos de sobra) y con lo que ganábamos, nos íbamos a comer luego unas pizzas, lo cual no estaba nada mal!!

Años más tarde la gente pasaba de complicarse y salían de fiesta sin disfrazarse ni nada, como un sábado más, y para colmo, ya no son festivos esos días para la mayoría de los mortales… una pena…

Pero yo soy bastante cabezona y he seguido dando el coñazo a mis amigos para conseguir que los últimos años nos disfrazásemos de nuevo, y lo he conseguido, a regañadientes (porque resulta que algunos se creen muy mayores para andar gastando tiempo con estas cosas… una lástima de pensamiento…) y ocupándonos de todo las de siempre (yo no sé por qué, pero los chicos se prestan muy poco a estas cosas, y encima nos complican porque tiene que adaptarse el disfraz a ambos géneros… pero qué se le va a hacer…) Los disfraces que llevamos tampoco son como los venecianos, ni parecidos, apañamos con cuatro cosas y una visita a los chinos, en los dos días anteriores la indumentaria, y da gracias… pero para reírnos y darle un toque colorido a la noche nos vale, de hecho ya no nos sacrificamos por la causa, llevando pelucas, o máscaras o guantes para que no se nos conozca, porque ya estamos mayores para tanto picor, calor e incomodidad… y nos da igual que nos conozcan y que nos vacilen los que van de incógnito, jejeje, pero yo me disfrazo y me salgo con la mía J!

El año pasado descubrí una fiesta de carnaval nueva. En Astorga se celebra, el Sábado de Piñata, el fin de semana siguiente a los habituales días de carnaval, y básicamente es una fiesta de pueblo (aunque Astorga sea una ciudad), con su orquesta en la plaza hasta las mil, todo lleno de gente disfrazado de todas las edades, los bares todos decorados y llenos de gente hasta bien entrada la mañana del domingo, y luego chocolatada!! Una maravilla de plan a muy módico precio que os animo a probar.

Y este año, aquí andamos con los preparativos de última hora ya, porque vamos a ir a conocer otra fiesta, esta vez, a la Noche Bruja de La Bañeza, que se celebra la noche del lunes para el martes de carnaval, y que creemos que va a consistir en salir toda la noche de fiesta por el pueblo, con ronda de bares y de bodegas de las peñas del pueblo, con todo el mundo disfrazado, y que nos va a salir a módico precio; ya os contaré como nos ha resultado je,je,je… Y como somos muy originales, a que no os imagináis de qué vamos a ir disfrazados??? Os daré una pista…
 
Y por lo demás, estos días comeremos Orejuelas de Carnaval de postre, cocido el martes, típico, porque es el último día de ponerse hasta arriba de chorizo, tocino, oreja, morro, pezuñas, y todo el cerdo en general, y cenaremos sopas de ajo como hacían mis abuelos el miércoles por la noche, después de ir a ver el Entierro de la Sardina, para terminar con tantos excesos!!