Cumplir años siempre es algo positivo. Y en especial para mí, que me
encanta el día de mi cumpleaños. Este año ha sido un buen día. Como ahora soy
mi propia jefa me di la mañana libre, fui a comer con Tino a un restaurante
italiano que me encanta, para recordar las vacaciones en Roma. Me pasé la tarde
atendiendo llamadas y mensajes de felicitación. Y el broche de oro a un día de
mensajes alegres fue cuando de repente, en la radio escucho que me dedican mi
canción favorita. Puede parecer una tontería, pero lo inesperado siempre hace
más ilusión. Así puedo decir que cumplir 31 años fue genial.
Quién me lo iba a decir… 31 años y más feliz que nunca de tenerlos. Porque
la cifra no importa. Lo que importa es cómo lo vives.
Este año, en el que he pasado la barrera de los 30, se me ha pasado
volando!! Pero a la velocidad de la luz, por lo menos… Y eso sólo puede
significar una cosa: que ha sido un año estupendo!!! Y dónde estaba yo mientras
me pasaban tantas cosas buenas? Cómo es que parece que ni me he enterado??
A veces dejamos que la vida vaya pasando, que los días se consuman sin
más. A veces son los días los que nos consumen a nosotros… Y cuando nos
queremos dar cuenta ya es demasiado tarde. Yo tengo la sensación de llegar un
año tarde a todas las cosas buenas que me han pasado desde que cumplí los 30. Parece
que al llegar mi cumpleaños he hecho examen de conciencia y me doy cuenta de
que podía haber hecho las cosas de otra manera. Es como si me hubiera estado
conteniendo a la hora de celebrar las cosas buenas que me pasaban, porque
siempre hay algo que podría ir mejor de lo que me va.
Nunca encontramos la felicidad completa. Pero por qué ese estado de
felicidad incompleta tiene que empañar los buenos momentos que nos acontecen?? Pues
no oiga! Las cosas no pueden seguir así!
Hay que afrontar la vida con más optimismo, con alegría de que las cosas
pasen, y sobre todo compartirlas con los que más te quieren. Y con los que te
quieren menos también! Porque ya está bien de contenerse porque estamos en
crisis, porque haya problemas o porque la prima de riesgo está por las nubes. Tenemos
que compartir alegrías, y que esas alegrías contagien las ganas de vivir buenos
momentos.
Yo me he propuesto este año 1 (de 31) que empiezo disfrutar más de las
cosas buenas, sin reprimir ni una sola sonrisa, compartirlas y contagiarlas. Por
eso este post será el primero de muchos, espero, en los que la crisis de los 30
se convierta en la alegría de los 31!!
Porque los años pasan volando y yo quiero volar contenta.
Tina.