lunes, 31 de agosto de 2015

No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos

Hoy, a la vuelta de las vacaciones quiero compartir con vosotros un sentimiento que me tiene encogida hace unas semanas. 
A veces la vida puede ser muy puñetera, y nos depara un futuro más corto del que habíamos imaginado. 

Qué pasa cuando el verbo morir es más presente que futuro?
Si nos dijeran hoy que nuestra vida tiene los momentos contados qué haríais?
Ese viaje que llevas planeando unos años, visitar a un amigo que vive lejos, decirle a los tuyos que los quieres, sonreir a todo el que te cruces por la calle, vivir esa experiencia que siempre te dio miedo...
Seguro que cada uno tenemos en mente algo que  nos gustaría hacer antes de morir. 

Y es en estos momentos en los que nos damos cuenta que la salud es lo que más nos importa, y de la suerte que tenemos de estar bien. Vale, alguno tendrá sus dolencias, intolerancias, achaques puntuales, incluso meto en este saco los dolores de un corazón roto. Lo que sea. Pero pensad por un momento, eso os impide disfrutar de la vida? 
NO!

Tenemos que pensar en lo afortunadosnque somos. Porque siempre hay alguien que estará peor que nosotros, preguntándose por qué le habrá tocado a él, con las ganas tremendas que tiene de vivir. Y nosotros venga a hacernos los "tristeresantes". 

La vida está para disfrutarla, para hacer eso que siempre hemos querido hacer, porque puede que un día, mañana sea tarde. 
 
Tina.