¿Os habéis encontrado con alguna persona con la que tengáis
un trato cercano que os agota? ¿No os pasa con algunas personas que si pasáis
tiempo con ellas os chupan la energía? Hablo de compañeros de clase, trabajo...etc.
que siempre que habláis con ellos vuestro estado de ánimo desciende…sí, ese
tipo de personas que son capaces de amargarte el mejor de los días.
A mi últimamente, un
compañero de trabajo me está chupando la energía…me está desquiciando…es llegar
por las mañanas y empezar a quejarse por cualquier cosa, todo es negatividad y
pesimismo…y lo peor de todo es que se supone que es mi supervisor. Pero como
ponen a un superior con esos niveles de negativismo?? Pero, ¿cómo me va a motivar a mi alguien que
no es capaz ni de pasarse un día sin recordarnos a todos lo mal que le ha
tratado el mundo? Y sí, vale, tiene problemas, pero no os creáis que muy
diferentes al del resto de los mortales que estamos a su alrededor. Nada de
problemas de salud, ni familiares, ni laborales…vamos que es de los que se
queja de vicio. Yo al principio intentaba entenderle, pero llega un punto que
cuando te pasas 6 meses escuchando las mismas tonterías, pues te acabas
quemando, y eso me ha pasado a mí…que me he quemado totalmente.
Al ocurrirme este problema y ver que la única solución
sería que me cambiaran de proyecto, cosa que no va a ocurrir, me dedique a buscar técnicas
para aguantar a este tipo de personas, y en ese momento fue cuando descubrí que
suelen ser muy muy normales e incluso están catalogadas como :
Gente Tóxica
Gente Tóxica
Lo mejor sería rodearnos de un entorno favorable pero esto no es tan
fácil ya que hay que saber escoger las personas con las que compartimos nuestro
tiempo, porque ello influye en nuestro desarrollo personal o profesional. Y es
que si elegimos una persona “tóxica”, por error, impide o limita dicho
crecimiento. Y a esto hay que añadir, que los compañeros de trabajo son
impuestos no elegidos, así que aquí no es por no saber elegir, es más bien una
lotería.
Por ejemplo, todos hemos tenido la sensación, de estar “exhaustos” o
“desgastados” después de una reunión profesional o tras un encuentro familiar.
Esas personas son las “tóxicas” y es importante empezar a reconocerlas.
Porque, muchas veces, nos quejamos sobre el comportamiento de alguien
respecto a nosotros, pero no acabamos con la relación. Al contrario, con
el tiempo, acabamos adoptando algunas de las actitudes de estas personas, sin
damos cuenta que estamos más negativos que antes.
Es el tipo de persona del que Emilio Duró decía que
debíamos huir, que ni cogerle el teléfono!. Y luego si te dice: oye que te
llamé ayer y no me lo cogiste…claroooo porque sabía que eras tú! Y entonces empecé a leer bastante sobre este
tema.
Os puedo decir que existe hasta una clasificación de este
tipo de personas:
·
El Quejica
Es el que se queja si las cosas van mal y si van bien, también. Han
aprendido a hacer de la queja un hábito y, debido a ello, están siempre
enfadados y hacen que te desesperes.
·
El Agresivo
Intimidante, ofensivo, inseguro, agresivo propiamente dicho.
El Culpabilizador
Es el que cree que cuando le va bien es debido a sus méritos por él, y
cuando le va mal, es debido a los deméritos de los otros.
·
El Envidioso
Siempre se está comparando con
alguien; “el vecino que tiene un mejor coche, Luis se ha ido a vivir a un ático
de una zona de lujo, Marta que se ha ido de vacaciones a Ibiza…” Al pensar
que no puede lograr algo que desea, siente una profunda angustia. Y, entonces,
descalifica a quién sí lo posee porque calma su angustia viendo mal al
otro.
·
El Jefe Autoritario
La persona “tóxica” que se halla en alza. Incita miedo en sus
subordinados, a quien le gusta llamar “miembros del equipo” pero necesita
sentir que tiene el control.
Pensarlo y veréis como enseguida identificáis a por lo
menos uno de cada tipo en vuestro entorno…
Y, ¿qué hacemos si tenemos alguien así muy cerca y nos está afectando?
Al Quejica: quejarse aún más que ellos porque si
intentas minimizar la queja, se crecen, y ya sí que estás perdido…
El Agresivo: lo más sencillo, ignorarlo. Sino
opta por la técnica: disco rayado: que consiste en contestar, sistemáticamente,
con un “vale, o “de acuerdo” o un “no me interesa”.
El Culpabilizador: tener
autoestima; “No tenemos la culpa de las decisiones de los demás”
El Envidioso: no contar las cosas buenas que nos
pasan a todo el mundo sino elegir a quienes sabemos que se alegrarán por y con
nosotros.
El Jefe Autoritario: esto es más difícil, porque claro
es nuestro jefe…pero algo hay que hacer. Si esto le ocurre puntualmente y solo
por un mal día podemos admitir que todos
necesitamos caricias y halagos.
Sin embargo, si se prolonga, se debería tener una
conversación con el mismo que, si no es fructífera, debería hacer
replantearse la posibilidad de alejarse ante el riesgo para su salud emocional.
En la práctica no es tan fácil porque hay algunas relaciones que no
podemos escoger como la familia, pero sí que podemos definir el modo en el
que nos relacionamos, cuánto contacto o relación queremos tener. Las personas “sanas” nos aportan bienestar ya que
el contacto con ellas, nos hace sentir con más energía, autoestima o
motivación.
Pero si en vez de
convivir con ellas lo que queremos es vencer a las personas “tóxicas”
las claves para “desintoxicarnos” de ellas serian:
Comunicarse de forma efectiva,
afrontando lo que nos molesta del otro y los errores que, nosotros mismos,
podamos cometer.
Mantener el sentido del humor. Esto es lo más importante, que nadie te quite la sonrisa.
Relajar las tensiones y divertirse, con ello permite responder a la persona
“tóxica” y conseguir el beneficio de la risa.
Es importante no pensar todo el tiempo en el “tóxico”,
ya que esto sólo contribuye a amplificarlo, porque la mente focaliza a la
persona hasta que la puede llegar a colapsar. Podemos usar la técnica de parada
de pensamiento consistente en que, cuando se llega a este punto basta con decir
“¡stop! ¡para ya!” o dar una palmada , al mismo tiempo que se acompaña de
frases positivas como” mi vida es muy valiosa” o “soy feliz”
Hay que intentar convertir
el enfado en amabilidad por muy difícil que pueda
parecer, ya que es la mejor respuesta frente a muchos que van de prepotentes
por la vida
Otra forma de
“desintoxicarse” consiste en desprenderse
de cualquier emoción con respecto a la persona “tóxica” para lo cual la
sacaremos de nuestra vida, no nos preocuparemos por ella ni por lo que le
ocurra sino que visualizaremos el hecho de dejarla atrás.
También tenemos que tener la capacidad de autocrítica y si
existen conflictos continuos, puede indicar que la
persona “tóxica” es uno mismo y no los demás y deberíamos intentar cambiar de
actitud para ser más felices.
Lo más importante es saber que las
personas “tóxicas” no intoxican a quien quieren, sino a quien pueden, es decir,
a aquellos que no les ponen límites, que no les van a decir que no…así que por
favor, que no puedan con vosotros. Yo al menos lo voy a intentar.
Por lo menos ya viene
la primavera y con sol, las cosas se ven distintas…Feliz semana!
Lina.