miércoles, 19 de marzo de 2014

Sobreviviendo a la gente tóxica…


¿Os habéis encontrado con alguna persona con la que tengáis un trato cercano que os agota? ¿No os pasa con algunas personas que si pasáis tiempo con ellas os chupan la energía? Hablo de compañeros de clase, trabajo...etc. que siempre que habláis con ellos vuestro estado de ánimo desciende…sí, ese tipo de personas que son capaces de amargarte el mejor de los días.
A  mi últimamente, un compañero de trabajo me está chupando la energía…me está desquiciando…es llegar por las mañanas y empezar a quejarse por cualquier cosa, todo es negatividad y pesimismo…y lo peor de todo es que se supone que es mi supervisor. Pero como ponen a un superior con esos niveles de negativismo??  Pero, ¿cómo me va a motivar a mi alguien que no es capaz ni de pasarse un día sin recordarnos a todos lo mal que le ha tratado el mundo? Y sí, vale, tiene problemas, pero no os creáis que muy diferentes al del resto de los mortales que estamos a su alrededor. Nada de problemas de salud, ni familiares, ni laborales…vamos que es de los que se queja de vicio. Yo al principio intentaba entenderle, pero llega un punto que cuando te pasas 6 meses escuchando las mismas tonterías, pues te acabas quemando, y eso me ha pasado a mí…que me he quemado totalmente.
Al ocurrirme este problema y ver que la única solución sería que me cambiaran de proyecto, cosa que  no va a ocurrir, me dedique a buscar técnicas para aguantar a este tipo de personas, y en ese momento fue cuando descubrí que suelen ser muy muy normales e incluso están catalogadas como : 
Gente Tóxica
Lo mejor sería rodearnos de un entorno favorable pero esto no es tan fácil ya que hay que saber escoger las personas con las que compartimos nuestro tiempo, porque ello influye en nuestro desarrollo personal o profesional. Y es que si elegimos una persona “tóxica”, por error, impide o limita dicho crecimiento. Y a esto hay que añadir, que los compañeros de trabajo son impuestos no elegidos, así que aquí no es por no saber elegir, es más bien una lotería.
Por ejemplo, todos hemos tenido la sensación, de estar “exhaustos” o “desgastados” después de una reunión profesional o tras un encuentro familiar. Esas personas son las “tóxicas” y es importante empezar a reconocerlas.
Porque, muchas veces, nos quejamos sobre el comportamiento de alguien respecto a nosotros, pero no acabamos con la relación. Al contrario, con el tiempo, acabamos adoptando algunas de las actitudes de estas personas, sin damos cuenta que estamos más negativos que antes.

Es el tipo de persona del que Emilio Duró decía que debíamos huir, que ni cogerle el teléfono!. Y luego si te dice: oye que te llamé ayer y no me lo cogiste…claroooo porque sabía que eras tú!  Y entonces empecé a leer bastante sobre este tema.

Os puedo decir que existe hasta una clasificación de este tipo de personas:

·         El Quejica
Es el que se queja si las cosas van mal y si van bien, también. Han aprendido a hacer  de la queja un hábito y, debido a ello, están siempre enfadados y hacen que te desesperes.
·         El Agresivo
Intimidante, ofensivo, inseguro, agresivo propiamente dicho.
El Culpabilizador
Es el que cree que cuando le va bien es debido a sus méritos por él, y cuando le va mal, es  debido a los deméritos de los otros.
·         El Envidioso
Siempre se está comparando con alguien; “el vecino que tiene un mejor coche, Luis se ha ido a vivir a un ático de una zona de lujo, Marta que se ha ido de vacaciones a Ibiza…” Al pensar que no puede lograr algo que desea, siente una profunda angustia. Y, entonces, descalifica a quién sí lo posee  porque calma su angustia viendo mal al otro.

·         El Jefe Autoritario
La persona “tóxica” que se halla en alza. Incita miedo en sus subordinados, a quien le gusta llamar “miembros del equipo” pero necesita sentir que tiene el control.

Pensarlo y veréis como enseguida identificáis a por lo menos uno de cada tipo en vuestro entorno…
Y, ¿qué hacemos si tenemos alguien así muy cerca y nos está afectando?
Al Quejica: quejarse aún más que ellos porque si intentas minimizar la queja, se crecen, y ya sí que estás perdido…

El Agresivo: lo más sencillo, ignorarlo. Sino opta por la técnica: disco rayado: que consiste en contestar, sistemáticamente, con un  “vale, o “de acuerdo” o un “no me interesa”.

El Culpabilizador: tener autoestima; “No tenemos la culpa de las decisiones de los demás”

El Envidioso: no contar las cosas buenas que nos pasan a todo el mundo sino elegir a quienes sabemos que se alegrarán por y con nosotros.

El Jefe Autoritario: esto es más difícil, porque claro es nuestro jefe…pero algo hay que hacer. Si esto le ocurre puntualmente y solo por un mal día podemos  admitir que todos necesitamos caricias y halagos.
Sin embargo, si se prolonga, se debería tener una conversación con el mismo  que, si no es fructífera, debería hacer replantearse la posibilidad de alejarse ante el riesgo para su salud emocional.

En la práctica no es tan fácil porque hay algunas relaciones que no podemos escoger como la familia, pero sí que podemos definir el modo en el que nos relacionamos, cuánto contacto o relación queremos tener. Las personas  “sanas” nos aportan bienestar ya que el contacto con ellas, nos  hace sentir con más energía, autoestima o motivación.
Pero si en vez de convivir con ellas lo que queremos es vencer a las personas “tóxicas” las claves para “desintoxicarnos” de ellas serian:
Comunicarse de forma efectiva, afrontando lo que nos molesta del otro y los errores que, nosotros mismos, podamos cometer.
Mantener el sentido del humor. Esto es lo más importante, que nadie te quite la sonrisa. Relajar las tensiones y divertirse, con ello permite responder a la persona “tóxica” y conseguir el beneficio de la risa.
Es importante no pensar todo el tiempo en el “tóxico”, ya que esto sólo contribuye a amplificarlo, porque la mente focaliza a la persona hasta que la puede llegar a colapsar. Podemos usar la técnica de parada de pensamiento consistente en que, cuando se llega a este punto basta con decir “¡stop! ¡para ya!” o dar una palmada , al mismo tiempo que se acompaña de frases positivas como” mi vida es muy valiosa” o “soy feliz”
Hay que intentar convertir el enfado en amabilidad por muy difícil que pueda parecer, ya que es la mejor respuesta frente a muchos que van de prepotentes por la vida

Otra forma de “desintoxicarse” consiste en desprenderse de cualquier emoción con respecto a la persona “tóxica” para lo cual la sacaremos de nuestra vida, no nos preocuparemos por ella ni por lo que le ocurra sino que visualizaremos el hecho de dejarla atrás.
También tenemos que tener la capacidad de autocrítica y si existen conflictos continuos, puede indicar que la persona “tóxica” es uno mismo y no los demás y deberíamos intentar cambiar de actitud para ser más felices.

Lo más importante es saber que las personas “tóxicas” no intoxican a quien quieren, sino a quien pueden, es decir, a aquellos que no les ponen límites, que no les van a decir que no…así que por favor, que no puedan con vosotros. Yo al menos lo voy a intentar.

Por lo menos ya viene la primavera y con sol, las cosas se ven distintas…Feliz semana! 

Lina.





No hay comentarios:

Publicar un comentario