miércoles, 24 de julio de 2013

-% Descuento







Qué nos pasa en el cerebro cuando vemos “-30%”???? Qué se nos cortocircuita?? No sé si se habrá estudiado, pero es que las mujeres vamos por la calle, vemos un cartel de descuento y nos paramos a echar un ojo por si pillamos alguna ganga. Da igual si lo necesitamos o no, una buena ganga siempre es una buena compra. El problema es cuando lo que te encuentras es purrelilla y aun así lo compras porque ¿cómo vas a salir de la tienda sin nada? si está rebajado hay que comprarlo.
Pero los días de locura femenina generalizada por excelencia son el 7 de enero y el 1 de julio, días de inicio de las REBAJAS. No somos conscientes de la cara desencajada que tenemos hasta que vemos las imágenes en televisión. Que parece la salida de la maratón, todos sacando codos y enseñando dientes!! Y no nos engañemos, en enero vamos con los regalos de reyes que no nos han entusiasmado para ver si los podemos cambiar por varias cosas. Y así te vuelves a casa loca de contenta porque antes tenías un jersey de cuello vuelto tipo abuela que te quedaba fatal y ahora tienes un top, una falda, unos pendientes (de bisutería, claro)… y todo por cambiar un jersey!! Así cómo no vamos a pensar que las rebajas son una maravilla!?!?! Conozco a gente que “esconde” la ropa en la tienda el día antes de las rebajas y luego están a primera hora para comprar todos los tesoros escondidos. o_o
Y es que en época de rebajas todo vale. Desde esconder la ropa, hasta llevarte a tu madre para que haga cola por ti mientras tú rebuscas por toda la tienda. Al final tú pareces un sabueso en busca de algo que llevarte para casa, y tu madre una nazarena en la procesión del jueves santo.
Para hacer una buena compra en las rebajas todas las asociaciones de consumo recomiendan hacer una lista con las cosas que necesitamos, mirar bien las etiquetas para valorar si la rebaja tiene un porcentaje adecuado y que la calidad del producto sea la misma que en semanas anteriores a las rebajas. Y sobre todo que dejemos la tarjeta en casa. Pero qué sería de nosotras sin la tarjeta… Ahora nos quitan la tarjeta y es como si nos cortaran un brazo!!! En cualquier caso yo últimamente con las rebajas estoy un poco desencantada. Primero porque las rebajas inicialmente no suponen tanto descuento. Y segundo porque en lugar de rebajas parece un mercadillo. No lo digo por el desorden (imposible encontrar la pareja del zapato que llevas esperando por comprar tantos meses) o el alboroto, el gentío o la música discotequera (que como bien dice el grupo de Facebook es que es entrar en la tienda y no sabes si pedir un cubata). Lo digo porque parece que porque sea época de REBAJAS se puede poner cualquier cosa a la venta. En las rebajas de esta temporada me he encontrado con abrigos con relleno de borreguito y botas hasta la rodilla. Vale que en algunas poblaciones españolas el verano sólo asoma la nariz y el forro polar se usa tanto o más que el bikini en Benidorm. Pero es necesario que nos intenten colar estas prendas en las rebajas de verano?? Y luego ves los modelitos con la etiqueta de “Nueva Colección”. Y es ahí donde picas, porque el resto de la ropa la tienes ya muy vista.
También es verdad que nos buscamos cualquier excusa para comprarnos alguna prenda. Este vestido para el trabajo es perfecto. Pero para las vacaciones mejor este otro que es más alegre. Uyyy mira que sandalias tan monas, perfectas para el vestido. Ahora ya sólo tengo que buscar un bolso y los complementos!!
Al final llegas a casa cargada de bolsas, que pareces la Pretty Woman!! Sí, lo pareces por las bolsas, porque el agujero en el bolsillo lo tienes tú y no tu machoman. Desventajas de la vida real…

Rebajas, saldos, chollos… no son palabras bonitas, pero son palabras maravillosas!!!  Porque no hay nada que nos guste más (a la mayoría quiero decir) que encontrarnos carteles con ellas en todas las tiendas posibles. Y si salimos de dichas tiendas con un par de bolsas en la mano, llegamos a casa más anchas y más felices que nunca, con una sensación, entre triunfo y orgullo por el deber cumplido insuperable, jejejeje. Pero claro, si la frecuencia de esta actividad la repetimos demasiado a menudo, la cartera acaba entrando en depresión profunda…


Hace unos cuantos años, decreté el día de las rebajas de enero (que cada año cae diferente en función de Reyes, aunque  ahora también es diferente en función de la comunidad autónoma) mi día favorito del invierno, y el 1 de Julio, día de las rebajas de verano (a no ser que caiga en domingo) en mi día favorito del verano. Hablo de rebajas en textil, o sea en ropa y complementos, que a mi es en lo que más placer me da gastar mi dinero!!!
Recuerdo el madrugar más feliz que todo, y llegar a las tiendas con una estrategia, ya planeada del día o los días anteriores, que ni el ejército. Primero, ya llevabas ojeado todo, porque el día de antes ya te habías recorrido las tiendas para ver lo que habían sacado y lo que no, y con ello, ya tenías una lista de cosas a por las que ir de cabeza; segundo, el orden en visitar las tiendas, porque no todas se llenaban igual a las mismas horas, y sobre todo, dependiendo de si los adolescentes estaban de vacaciones o no, entrar por ejemplo a Bershka, podía ser una odisea, y a media mañana, cuando todas las trabajadoras/es tienen su pequeña pausa para el café, la cola en Massimo Dutti podía ser de órdago…, y tercero, llevar aliados, (no demasiados, porque es contraproducente, cada uno tiene unas necesidades y ponerse de acuerdo es estresadísimo) pero una o dos personas, para turnarse en los probadores, ayudar a buscar tallas y prendas, y en la cola de caja para pagar, y así es éxito, estaba casi asegurado!!! Recuerdo que me regalasen cosas en Reyes, y esperar a rebajas para ir a cambiarlas, pero al final, para ser lo más práctico posible, me acababan dando directamente dinero, para ir a las rebajas y ya comprarme lo que quisiera, y claro, con el mismo dinero, acababas teniendo muchas más cosas… qué felicidad!!!
Pero ha pasado el tiempo y como en todo, (las rebajas no iban a ser menos) las cosas han cambiado. Ahora, no es tan sencillo escaquearte del trabajo para irte de rebajas a primera hora, (que conste que este año para las de Enero me  “tomé libre” la primera hora de la jornada, para ir a tiro fijo y corriendo, a por un par de fichajes que tenía…jejejeje) y debido al socavón económico en el que estamos en este país, pues ya casi, vayas cuando vayas, no tienes cola ni para probarte, ni para pagar, ni ná… porque la gente no es que no tenga tiempo, es que no puede permitirse ni medio capricho… y las rebajas para la mayoría lo son.
Hace unos años cuando empezó la crisis, que parecía de primeras que iba a ser de broma, hubo unas rebajas buenísimas desde el primer día, pues las ventas en temporada habían descendido, pero se pensaba que se podría vender muy rápido todo el stock existente, que era mucho, porque la producción había sido enorme, y así, dar salida rápidamente también, a las nuevas colecciones que ya estaban fabricadas igualmente en cantidades enormes y no se podía reducir los pedidos anteriores, porque si no, las pérdidas siguientes en prendas en temporada iban a ser tremendas. Y les funcionó de maravilla el plan, lo vendieron todo, y nosotros encantados con nuestras compras.
 
Las empresas, que manejan mejores datos económicos que la mayoría de los consumidores, vieron que la cosa se iba a poner bastante fea, y tomaron medidas drásticas a toda velocidad, (estoy hablando de Inditex en particular, pero muchísimas más han seguido por ese camino también). De un tiempo a esta parte, disminuyeron la producción a la mitad, pero diversificaron las colecciones dentro de una misma cadena, adecuándolas a todos los bolsillos, de tal forma que ganaron en exclusividad, para quién se la pudiese permitir, creando colecciones en edición especial, colaboraciones con otras firmas y plagios en prendas de pasarela, y llegaron con ciertas prendas a precios mínimos, a clientes que antes ni siquiera se planteaban el adquirir prendas nuevas. Para incentivar más el consumismo, la rotación de colecciones va a la velocidad casi de la luz; entras en Stradivarius una semana y a la siguiente ya no hay nada de lo que había. Con ello tú puedes pensar que se ha vendido todo y te entran las prisas por adquirir lo que te gusta ya, pero, en realidad está guardado y esperando tres semanas para volver a ver la luz… y en las páginas de venta online ocurre más o menos lo mismo. Al mismo tiempo, si las colecciones no tienen el éxito esperado y las ventas no alcanzan lo previsto, en vez de esperar a la temporada de rebajas, y con el cambio en la ley comercial que se lo permite, te vas encontrando prendas con ofertas, promociones y descuentos, todas las semanas, y con ello le van dando salida al producto, porque el consumidor, va picando y va comprando poco a poco, y además sintiéndose muy beneficiado, y ellos ganan mucho más dinero que si lo tienen que vender todo en el periodo habitual de rebajas a precios más bajos, y ahorran en logística de almacenaje, transporte y demás.  Y con ello han conseguido que las tiendas vendan de forma constante en cualquier época del año, a pesar de la que está cayendo… Y parece que así, estamos todos contentos… y se mantiene cierto consumo que parece ser muy necesario para mantener los puestos de trabajo del sector…
La cantidad de ropa que tengo, puede llegar a ser inmoral, teniendo en cuenta que hay familias que no tienen apenas nada, pero es que no puedo evitarlo… y como mi conciencia social me atormentaba, hace un par de años que me paré a pensar en ello, y decidí auto-limitar mi consumo de alguna manera. De primeras pensé en comprar sólo aquello que de verdad necesitase, pero entonces me iba a pasar unos 20 años sin volver a comprar ni unos calcetines, porque tengo de re-todo… así que, como esta medida no me valía, me auto-impuse el comprar sólo prendas que estuviesen con descuento en temporada, y que tengan como mínimo un descuento del 50% y de ahí para arriba, en rebajas; así que hasta las segundas rebajas de este verano no me he comprado nada, pero llegaron hace dos días, y me desaté. Por unos 120 más o menos calculando ahora a ojo…, he adquirido, y agarraos…, vestido, vaquero, camiseta de tirantes, camiseta de manga corta, camisa, dos jerseys, top de punto, dos pares de sandalias, cartera, chaqueta de deporte, colgante, dos pares de pendientes, sujetador y un conjunto, chaqueta de lana, camiseta de manga larga, sudadera…y seguro que más adelante algo más cae…
Pero en esto de las compras de rebajas hay ciertos trucos que muchos conoceréis. Por ejemplo, comprar una prenda, incluso cuando aún no esté rebajada, y mientras el ticket no caduque, si consigues comprar la misma prenda exacta (modelo, talla, color) rebajada, con el ticket inicial, devuelves la segunda prenda (le cortas de la etiqueta, la pegatina de rebajas como si hubiese sido un regalo) y te devuelven la cantidad que pagaste inicialmente. Y esto los puedes hacer, según la vergüenza que te dé el ir a la tienda, en sucesivas bajadas de precio; incluso puedes ponerte la prenda inicial y disfrutar de ella desde el principio porque esa es la que no vuelve a la tienda. Otro es, por ejemplo, que en rebajas, en Bershka las bajadas de precio se hacen en la noche del miércoles al jueves, y en Zara, del jueves para el viernes cada semana y durante la temporada, estos mismos días, se ponen las promociones semanales… espero que saber esto os sea igual de útil que a mí!!!
Y que he conseguido con esto?? Bueno, compro menos de lo que lo hacía, y además barato, pero sobre todo creo que contribuyo a disminuir la producción, que me parece excesiva en este capitalismo que tenemos, y elimino residuos, o sea, stock, mantengo cierta activación de la economía local, y muchas de las prendas que suelen quedar en las tiendas rebajadas, son aquellas que son demasiado novedosas y aún no se han puesto de moda, con lo que, la gente no se ha atrevido con ellas, pero pá eso ya está una chica trendy como yo que me lo pongo todo, aunque a  veces debería de pensar en mis nuevos 20 y pasar de ciertas prendas de quinceañeras, jejejejeje!!!

En cualquier caso, nos gusten o no las rebajas, siempre echamos un vistazo por si algo que esté colgado en la percha nos llama. Yo he sentido la llamada de un vestido, de un pantalón y de una blusa. Y porque no quise mirar más… que parecía la de “Entre fantasmas” oyendo voces por cada pasillo…
No sé qué será esa llamada, que no dejamos de sentirla ni con 20, ni con 30, ni con 40… Porque ver el armario con cositas nuevas siempre gusta!!

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