Qué nos pasa en el cerebro cuando
vemos “-30%”???? Qué se nos cortocircuita?? No sé si se habrá estudiado, pero
es que las mujeres vamos por la calle, vemos un cartel de descuento y nos paramos a echar un ojo por si pillamos alguna ganga. Da igual si lo necesitamos o no,
una buena ganga siempre es una buena compra. El problema es cuando lo que te
encuentras es purrelilla y aun así lo compras porque ¿cómo vas a salir de la
tienda sin nada? si está rebajado hay que comprarlo.
Pero los días de locura femenina
generalizada por excelencia son el 7 de enero y el 1 de julio, días de inicio
de las REBAJAS. No somos conscientes
de la cara desencajada que tenemos hasta que vemos las imágenes en televisión.
Que parece la salida de la maratón, todos sacando codos y enseñando dientes!! Y
no nos engañemos, en enero vamos con los regalos de reyes que no nos han
entusiasmado para ver si los podemos cambiar por varias cosas. Y así te vuelves
a casa loca de contenta porque antes tenías un jersey de cuello vuelto tipo abuela que te quedaba fatal y ahora
tienes un top, una falda, unos pendientes (de bisutería, claro)… y todo por
cambiar un jersey!! Así cómo no vamos a pensar que las rebajas son una
maravilla!?!?! Conozco a gente que “esconde” la ropa en la tienda el día antes
de las rebajas y luego están a primera hora para comprar todos los tesoros escondidos. o_o
Y es que en época de rebajas todo
vale. Desde esconder la ropa, hasta llevarte a tu madre para que haga cola por
ti mientras tú rebuscas por toda la tienda. Al final tú pareces un sabueso en
busca de algo que llevarte para casa, y tu madre una nazarena en la procesión del jueves santo.
Para hacer una buena compra en las
rebajas todas las asociaciones de consumo
recomiendan hacer una lista con las cosas que necesitamos, mirar bien las
etiquetas para valorar si la rebaja tiene un porcentaje adecuado y que la
calidad del producto sea la misma que en semanas anteriores a las rebajas. Y
sobre todo que dejemos la tarjeta en casa. Pero qué sería de nosotras sin la
tarjeta… Ahora nos quitan la tarjeta y es como si nos cortaran un brazo!!! En
cualquier caso yo últimamente con las rebajas estoy un poco desencantada.
Primero porque las rebajas inicialmente no suponen tanto descuento. Y segundo
porque en lugar de rebajas parece un
mercadillo. No lo digo por el desorden (imposible encontrar la pareja del
zapato que llevas esperando por comprar tantos meses) o el alboroto, el gentío o
la música discotequera (que como bien dice el grupo de Facebook es que es entrar en la tienda y no sabes si pedir un
cubata). Lo digo porque parece que porque sea época de REBAJAS se puede poner
cualquier cosa a la venta. En las rebajas de esta temporada me he encontrado
con abrigos con relleno de borreguito y botas hasta la rodilla. Vale que en
algunas poblaciones españolas el verano sólo asoma la nariz y el forro polar se
usa tanto o más que el bikini en Benidorm. Pero es necesario que nos intenten
colar estas prendas en las rebajas de verano?? Y luego ves los modelitos con la
etiqueta de “Nueva Colección”. Y es ahí donde picas, porque el resto de la
ropa la tienes ya muy vista.
También es verdad que nos buscamos
cualquier excusa para comprarnos alguna prenda. Este vestido para el trabajo es perfecto. Pero para las vacaciones
mejor este otro que es más alegre. Uyyy mira que sandalias tan monas, perfectas
para el vestido. Ahora ya sólo tengo que buscar un bolso y los complementos!!
Al final llegas a casa cargada de
bolsas, que pareces la Pretty Woman!!
Sí, lo pareces por las bolsas, porque el agujero en el bolsillo lo tienes tú y
no tu machoman. Desventajas de la vida real…
Rebajas,
saldos, chollos… no son palabras bonitas, pero son palabras maravillosas!!! Porque no hay nada que nos guste más (a la
mayoría quiero decir) que encontrarnos carteles con ellas en todas las tiendas
posibles. Y si salimos de dichas tiendas con un par de bolsas en la mano,
llegamos a casa más anchas y más felices que nunca, con una sensación, entre
triunfo y orgullo por el deber cumplido insuperable, jejejeje. Pero claro, si
la frecuencia de esta actividad la repetimos demasiado a menudo, la cartera
acaba entrando en depresión profunda…
Hace
unos cuantos años, decreté el día de las rebajas de enero (que cada año cae
diferente en función de Reyes, aunque
ahora también es diferente en función de la comunidad autónoma) mi día
favorito del invierno, y el 1 de Julio, día de las rebajas de verano (a no ser
que caiga en domingo) en mi día favorito del verano. Hablo de rebajas en
textil, o sea en ropa y complementos, que a mi es en lo que más placer me da
gastar mi dinero!!!
Recuerdo
el madrugar más feliz que todo, y llegar a las tiendas con una estrategia, ya
planeada del día o los días anteriores, que ni el ejército. Primero, ya llevabas
ojeado todo, porque el día de antes ya te habías recorrido las tiendas para ver
lo que habían sacado y lo que no, y con ello, ya tenías una lista de cosas a
por las que ir de cabeza; segundo, el orden en visitar las tiendas, porque no
todas se llenaban igual a las mismas horas, y sobre todo, dependiendo de si los
adolescentes estaban de vacaciones o no, entrar por ejemplo a Bershka, podía
ser una odisea, y a media mañana, cuando todas las trabajadoras/es tienen su pequeña
pausa para el café, la cola en Massimo Dutti podía ser de órdago…, y tercero,
llevar aliados, (no demasiados, porque es contraproducente, cada uno tiene unas
necesidades y ponerse de acuerdo es estresadísimo) pero una o dos personas,
para turnarse en los probadores, ayudar a buscar tallas y prendas, y en la cola
de caja para pagar, y así es éxito, estaba casi asegurado!!!
Recuerdo
que me regalasen cosas en Reyes, y esperar a rebajas para ir a cambiarlas, pero
al final, para ser lo más práctico posible, me acababan dando directamente
dinero, para ir a las rebajas y ya comprarme lo que quisiera, y claro, con el
mismo dinero, acababas teniendo muchas más cosas… qué felicidad!!!
Pero
ha pasado el tiempo y como en todo, (las rebajas no iban a ser menos) las cosas
han cambiado. Ahora, no es tan sencillo escaquearte del trabajo para irte de
rebajas a primera hora, (que conste que este año para las de Enero me “tomé libre” la primera hora de la jornada,
para ir a tiro fijo y corriendo, a por un par de fichajes que tenía…jejejeje) y
debido al socavón económico en el que estamos en este país, pues ya casi, vayas
cuando vayas, no tienes cola ni para probarte, ni para pagar, ni ná… porque la
gente no es que no tenga tiempo, es que no puede permitirse ni medio capricho…
y las rebajas para la mayoría lo son.
Hace
unos años cuando empezó la crisis, que parecía de primeras que iba a ser de broma,
hubo unas rebajas buenísimas desde el primer día, pues las ventas en temporada
habían descendido, pero se pensaba que se podría vender muy rápido todo el
stock existente, que era mucho, porque la producción había sido enorme, y así, dar
salida rápidamente también, a las nuevas colecciones que ya estaban fabricadas
igualmente en cantidades enormes y no se podía reducir los pedidos anteriores,
porque si no, las pérdidas siguientes en prendas en temporada iban a ser
tremendas. Y les funcionó de maravilla el plan, lo vendieron todo, y nosotros
encantados con nuestras compras.
Las
empresas, que manejan mejores datos económicos que la mayoría de los consumidores,
vieron que la cosa se iba a poner bastante fea, y tomaron medidas drásticas a
toda velocidad, (estoy hablando de Inditex en particular, pero muchísimas más
han seguido por ese camino también). De un tiempo a esta parte, disminuyeron la
producción a la mitad, pero diversificaron las colecciones dentro de una misma
cadena, adecuándolas a todos los bolsillos, de tal forma que ganaron en
exclusividad, para quién se la pudiese permitir, creando colecciones en edición
especial, colaboraciones con otras firmas y plagios en prendas de pasarela, y
llegaron con ciertas prendas a precios mínimos, a clientes que antes ni
siquiera se planteaban el adquirir prendas nuevas. Para incentivar más el
consumismo, la rotación de colecciones va a la velocidad casi de la luz; entras
en Stradivarius una semana y a la siguiente ya no hay nada de lo que había. Con
ello tú puedes pensar que se ha vendido todo y te entran las prisas por
adquirir lo que te gusta ya, pero, en realidad está guardado y esperando tres
semanas para volver a ver la luz… y en las páginas de venta online ocurre más o
menos lo mismo.
Al
mismo tiempo, si las colecciones no tienen el éxito esperado y las ventas no
alcanzan lo previsto, en vez de esperar a la temporada de rebajas, y con el
cambio en la ley comercial que se lo permite, te vas encontrando prendas con ofertas,
promociones y descuentos, todas las semanas, y con ello le van dando salida al
producto, porque el consumidor, va picando y va comprando poco a poco, y además
sintiéndose muy beneficiado, y ellos ganan mucho más dinero que si lo tienen
que vender todo en el periodo habitual de rebajas a precios más bajos, y ahorran
en logística de almacenaje, transporte y demás.
Y con ello han conseguido que las tiendas
vendan de forma constante en cualquier época del año, a pesar de la que está
cayendo… Y parece que así, estamos todos contentos… y se mantiene cierto
consumo que parece ser muy necesario para mantener los puestos de trabajo del
sector…
La
cantidad de ropa que tengo, puede llegar a ser inmoral, teniendo en cuenta que
hay familias que no tienen apenas nada, pero es que no puedo evitarlo… y como mi
conciencia social me atormentaba, hace un par de años que me paré a pensar en
ello, y decidí auto-limitar mi consumo de alguna manera. De primeras pensé en
comprar sólo aquello que de verdad necesitase, pero entonces me iba a pasar
unos 20 años sin volver a comprar ni unos calcetines, porque tengo de re-todo… así que, como esta medida no me
valía, me auto-impuse el comprar sólo prendas que estuviesen con descuento en
temporada, y que tengan como mínimo un descuento del 50% y de ahí para arriba,
en rebajas; así que hasta las segundas rebajas de este verano no me he comprado
nada, pero llegaron hace dos días, y me desaté. Por unos 120€ más o menos calculando ahora a ojo…, he adquirido, y agarraos…,
vestido, vaquero, camiseta de tirantes, camiseta de manga corta, camisa, dos jerseys,
top de punto, dos pares de sandalias, cartera, chaqueta de deporte, colgante,
dos pares de pendientes, sujetador y un conjunto, chaqueta de lana, camiseta de
manga larga, sudadera…y seguro que más adelante algo más cae…
Pero
en esto de las compras de rebajas hay ciertos trucos que muchos conoceréis. Por
ejemplo, comprar una prenda, incluso cuando aún no esté rebajada, y mientras el
ticket no caduque, si consigues comprar la misma prenda exacta (modelo, talla,
color) rebajada, con el ticket inicial, devuelves la segunda prenda (le cortas
de la etiqueta, la pegatina de rebajas como si hubiese sido un regalo) y te
devuelven la cantidad que pagaste inicialmente. Y esto los puedes hacer, según
la vergüenza que te dé el ir a la tienda, en sucesivas bajadas de precio;
incluso puedes ponerte la prenda inicial y disfrutar de ella desde el principio
porque esa es la que no vuelve a la tienda. Otro es, por ejemplo, que en
rebajas, en Bershka las bajadas de precio se hacen en la noche del miércoles al
jueves, y en Zara, del jueves para el viernes cada semana y durante la
temporada, estos mismos días, se ponen las promociones semanales… espero que saber
esto os sea igual de útil que a mí!!!
Y que
he conseguido con esto?? Bueno, compro menos de lo que lo hacía, y además
barato, pero sobre todo creo que contribuyo a disminuir la producción, que me
parece excesiva en este capitalismo que tenemos, y elimino residuos, o sea,
stock, mantengo cierta activación de la economía local, y muchas de las prendas
que suelen quedar en las tiendas rebajadas, son aquellas que son demasiado
novedosas y aún no se han puesto de moda, con lo que, la gente no se ha atrevido con ellas, pero pá eso ya está
una chica trendy como yo que me lo
pongo todo, aunque a veces debería de
pensar en mis nuevos 20 y pasar de ciertas prendas de quinceañeras, jejejejeje!!!
En cualquier caso, nos gusten o no las
rebajas, siempre echamos un vistazo por si algo que esté colgado en la percha
nos llama. Yo he sentido la llamada de un vestido, de un pantalón y de una
blusa. Y porque no quise mirar más… que parecía la de “Entre fantasmas” oyendo
voces por cada pasillo…
No sé qué será esa llamada, que no
dejamos de sentirla ni con 20, ni con 30, ni con 40… Porque ver el armario con
cositas nuevas siempre gusta!!
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